Desde pequeños las matemáticas se convierten para muchos en la asignatura más dura en la escuela. A menudo, para ir superando los diferentes cursos, es preciso en algunos casos recurrir a clases extra para reforzar los conocimientos y sacar adelante los exámenes. En general las matemáticas tienen fama de aburridas y difíciles. ¿Es realmente así o bien algo falla en la manera de transmitir su valor y de enseñarlas?
Relevancia de las matemáticas
Pese a ser un tipo de conocimiento que empleamos cada día en nuestra vida cotidiana, las matemáticas en el aula parecen más algo distante y poco aplicable. La mayoría de alumnos mantien una distancia con esta disciplina cuando probablemente sea la más visible en lo cotidiano.
Normalmente no se traducen los temas tratados en clase con ejemplos cercanos o comprensibles. Los números están por todos los lugares, cuantificando y dando medidas exactas de objetos, fenómenos y espacios.
Para ver hasta qué punto necesitamos tener conocimientos matemáticos basta con pensar cómo sería nuestra vida sin ellos y a qué tendríamos que renunciar si nos faltaran. ¿Quién iba a prescindir de unas tecnologías ya casi omnipresentes en la vida cotidiana de casi todos nosotros? ¿Cómo manejarse sin saber gestionar el dinero o sin nociones de finanzas?
Comprender las matemáticas nos da autonomía y nos permite ser más autosuficientes, pudiendo ser más competentes y evitar ser objeto de engaños. Comprender las matemáticas es una forma más de entender el mundo, porque las matemáticas está en todo.
Además, la todas las disciplinas tienen una parte importante de matemáticas que permiten explicar y aplicar teorías: economía, física, psicología, arquitectura o medicina. Pero no soo aquellas que tiene que ver con la ciencia. El arte también se puede explicar con las matemáticas.
En la pintura y la escultura las matemáticas juegan un gran papel, en cuanto todo lo que tiene que ver con el color o las proporciones. Y en la música, las matemáticas son cruciales, todos los ritmos, compases y armonías se pueden ver reflejados matemáticamente.
Porque las matemáticas van mucho más allá del temario de los libros de colegios e instuto, las matemáticas se pueden enseñar con una canción, con un edificio o con el David de Miguel Ángel.
Hay asimismo una serie de valores intrínsecos a esta ciencia, como precisión, rigor, lógica y belleza. Todos ellos son necesarios y asimilables, pero también contribuyen a tener una capacidad analítica para saber discernir lo esencial en la vida y nos dotan de herramientas para hacernos más competentes en diferentes ámbitos.
Qué ha perjudicado a las matemáticas
Seguir el mismo método didáctico que en otras asignaturas es un error si las habilidades que se requiere enseñar y emplear son diferentes. ¿Es útil centrarse fundamentalmente en la teoría y en que los alumnos aprendan conceptos como si fueran hechos históricos?
Por otra parte, hay que adecuarse al nivel de desarrollo cognitivo de los alumnos para poder potenciar el pensamiento abstracto. Muchas veces lo único que hay que hacer para hacer comprender las matemáticas es intentar cambiar la mentalidad del alumno.
Si en las etapas educativas en que se empiezan a introducir las matemáticas los alumnos no logran ir comprendiendo la asignatura y los diferentes razonamientos, se corre el riesgo de lastrar su aprendizaje en los cursos siguientes.
El aprendizaje de esta asignatura es acumulativo y carecer de una buena base puede tener graves consecuencias. Y de hecho eso es lo que más frecuente y las cosas que se aprenden son fugaces y sirven para poco más que aprobar un examen.
A la hora de estudiar hay que adoptar un planteamiento distinto, pues no funciona el memorizar o permanecer durante horas ante la teoría como con otras asignaturas. Hace falta practicar de modo que se acaben comprendiendo procesos y conceptos y se razone en términos matemáticos.
Con paciencia y tenacidad se acaba entendiendo la materia. No es lo mismo leer y recordar unos hechos históricos (y sus causas y consecuencias) que el desarrollo de un teorema, la aplicación y de principios matemáticas, etc.
Tampoco habría que enseñar del mismo modo aritmética, álgebra, cálculo y geometría a los diferentes niveles ni en contextos muy diferentes. Y no hay que desestimar el optar por unas clases de refuerzo para que el alumno se ponga al día y pueda seguir las lecciones sin problemas, si comienza a sentirse desmotivado falta de comprensión y malos resultados, antes de que sea demasiado tarde.
Por otra parte, en culturas en que no se valora el esfuerzo, es difícil inculcar el valor de la perseverancia y del trabajo para alcanzar unos objetivos. Además, cada vez más se buscan resultados y recompensas inmediatos; si se quiere algo se quiere al momento. Esto tampoco es compatible con la comprensión en el ámbito de las ciencias, como es el caso de las matemáticas.
El rechazo y la aversión de muchos alumnos a las matemáticas también tiene causas de naturaleza emocional y cognitiva, como apuntan en un artículo Hidalgo, Maroto y Palacios (2004).
Hay alumnos que desarrollan un autoconcepto matemático negativo (considerar que no se tienen capacidades, que no se comprende la asignatura) y atribuyen su éxito o fracaso en las asignatura a no disponer de capacidades, en lugar de al esfuerzo y dedicación. ¿Se trabaja realmente para evitar concepciones fatalistas sobre las matemáticas que conducen a una espiral de desmotivación, rechazo y malos resultados?
Referencias
-HIDALGO ALONSO, S., MAROTO SÁEZ, A. y PALACIOS PICOS, A., (2004) ¿Por qué se rechazan las matemáticas? Análisis evolutivo y multivariante de actitudes relevantes hacia las matemáticas, Revista de Educación, 334, pp. 75-95.