Muchos se preguntan si es mejor acudir a una academia o elegir un profesor particular para aprender un idioma. La elección, sin duda, debe estar basada en los objetivos personales de cada quién, por lo que es esencial hacerse una serie de preguntas. ¿Queremos sacar un título específico de idiomas? ¿Necesitamos una atención personalizada? ¿Nos gustan los retos en grupo o somos más bien del género solitario?
Cada persona es un mundo y su manera de aprender es totalmente diferente. Algunos necesitan la presión de grupo para motivar convenientemente, acudir a un espacio de trabajo, relacionarse con otros y encontrar en ellos soporte y compañía. Otros, sin embargo, prefieren tener el 100% de la atención, tiempo para resolver todas las dudas, un diseño de aprendizaje completamente personalizado y un seguimiento pormenorizado de los logros personales. Como habrás adivinado ya, esto último sólo se logra con un profesor particular.
Así que la diferencia principal estriba en el nivel de atención que necesites, quieras o esperes de tu profesor. Cuando los profesores trabajamos con un grupo, en general las clases son diseñadas previamente con una serie de objetivos en mente. Aunque un buen profesor siempre las adaptará a las necesidades de los alumnos, es imposible no generalizar cuando éstos son varios. Sin embargo, cuando un profesor sólo enseña a una persona, la metodología cambia drásticamente y se adapta cien por cien a las necesidades personales del alumno.
Pongamos un ejemplo. Imagínate que necesitas sacar el B2 de Cambridge, ya que te lo piden para tu universidad. Acudes a una academia en la que están especializados en la preparación del examen y en la que, obviamente, se siguen unas pautas que dan resultado. En ella, el curso está prediseñado con base en lo que da resultados en general, es decir, en lo que normalmente hace que apruebe el mayor número de alumnos. Los resultados, potencialmente, serán buenos, pero es más que probable que tengas que pasar más tiempo en la academia, puesto que el programa tratará de abarcar todos los problemas que se hayan detectado en un número de alumnos, en un grupo, y no en un individuo.
Empieza tus clases personalizadas
Ahora ponte en la misma situación, pero esta vez acudes a un profesor particular para que te ayude a preparar tu examen. Evidentemente, este profesor contará con una serie de materiales específicos y, por supuesto, con un programa de aprendizaje que haya demostrado ser eficiente. Sin embargo, el profesor tendrá algo más: tiempo exclusivamente para ti. Podrá dedicar clases enteras a reforzar aquellas áreas en las que tú, y sólo tú, encuentres más dificultad; podrá crear materiales específicos para ayudarte con aquello que no logres comprender, probar nuevos métodos para ayudarte a alcanzar el nivel y escuchar y resolver cada una de tus dudas. Lo natural, por tanto, es que alcances tu nivel antes que en la academia, puesto que toda la atención y por supuesto los conocimientos de tu profesor van a estar enfocados en ti.
Por supuesto, un profesor particular puede ser más costoso. Pero, bien mirado, al final invertirás prácticamente lo mismo, ya que los tiempos se recortan sustancialmente.
Sin embargo, un profesor particular no es para todo el mundo. De nuevo, te invito a que te preguntes si eres de los que florece en grupo o, por el contrario, de los que prefiere andar su camino de la mano de otro, de un guía, encargado de llevarte, paso a paso, hacia ese nuevo nivel de conocimiento.
Cualquiera de las dos opciones es genial, puesto que, finalmente, contribuirá a tu aprendizaje y, con ello, ¡a tu libertad!