Siempre me gustó estudiar, y hasta el día de hoy, considero que estoy en constante proceso de aprendizaje. Cuando comencé a estudiar para ser fonoaudióloga, estudié formalmente cómo se da el proceso de aprendizaje. (¡Aprendí sobre el aprendizaje!)
Día a día aplico esto con mis alumnos en sus clases de inglés. Día a día, veo alumnos que, con distintos objetivos, pasan por un proceso similar a la hora de mejorar su conocimiento sobre el idioma.
Por eso hoy quiero contarte sobre algo muy importante a la hora de aprender (cualquier cosa).
Todo aprendizaje tiene una fase incómoda y de desequilibrio, y otra cómoda y equilibrada. Estas fases están en constante intercambio, y es deseable que así lo sea. Así como andar en bicicleta, aprender es un constante desequilibrio, que genera, paradojalmente y como consecuencia, un equilibrio sostenido.
Veamos cómo se equipara esto con el aprendizaje de un idioma:
- Cuando estás aprendiendo palabras nuevas que no sabés bien cómo usar, cuando las usas mal, tenes errores o se presenta un tema nuevo, estás en la fase de desequilibrio.
- Cuando las frases salen con soltura, internalizas una palabra, o hablas sin tener que pensar en la gramática, estás en la fase de equilibrio.
Ambas fases están en un interjuego constante a la hora de hablar, escuchar. leer o escribir en otro idioma, y es deseable que así lo sea.
¿Qué pasa cuando solo hay equilibrio? No avanzamos. Nos sentimos cómodos y estables, aprendemos a permanecer. Decimos todo bien, pero nada nuevo.
¿Qué pasa cuando sólo hay desequilibrio? Entra en juego la frustración por permanecer tanto tiempo sin entender, sin fluir, sin estabilizarse. Todo es nuevo y es demasiada información. El tema nuevo no lo logro internalizar, armo las oraciones siempre mal.
En un aprendizaje donde ambas fases juegan su necesario rol, aprendes algunas cosas nuevas, y las vas internalizando de modo que las aprendes a usar con fluidez de pensamiento, poco a poco. Eventualmente te emocionas porque eso que no entendías o que al principio usabas con errores, ahora lo usas bien al hablar y escribir, y lo reconoces al escucharlo o leerlo.
El punto es decirte que: no entender está bien, es necesario, es una parte imprescindible del proceso. No te insultes, enojes con vos, o abandones todo por no entender.
En su lugar, tratate con respeto y amor. Estás aprendiendo, mientras pasas por la llamada "vida", que tiene muchos altibajos. Lo estás haciendo bien, hoy estás dando tu máximo esfuerzo (que varía cada dia).
A mis alumnos, siempre les aliento a no tratarse mal, insultarse o decirse que tal ejercicio o tema siempre les sale mal. Tampoco a pedirme perdón cuando se equivocan (algo muy común). Puedo explicar el tema las veces que sean necesarias, para eso estamos los profesores.
Hablando de eso, el rol del docente es acompañar tu proceso de aprendizaje y enriquecerlo viendo tus fortalezas y debilidades. Comunicale a tu docente tus sentimientos, qué necesitas, qué te gusta y qué no, ya sea con clases online o presencial. ¡Aprovechalo!
María Sol Asef
Lic. en Fonoaudiología
Instructora de Hatha Yoga
Nivel de inglés C2, actualmente impartiendo clases