Una academia y una clase privada de idiomas son formas de aprender absolutamente diferentes en todo sentido. Probablemente la principal razón es porque en una academia es físicamente imposible aprender a nuestro propio ritmo. En una academia todo está estandarizado, y todos debemos seguir el programa y el ritmo de aprendizaje impuesto por la institución, ya sea que estemos en condiciones de hacerlo o no, nadie adaptará las clases a nuestras condiciones personales. Y ésta es precisamente una de las mayores diferencias con las clases privadas, porque el maestro se adapta a nuestras posibilidades, necesidades, intereses, nuestros tiempos de aprendizaje, nuestros horarios, etcétera.
Ventajas de las clases particulares de idiomas
En una clase privada estás uno-a-uno con el profesor, por lo que puedes (y debes) consultar toda duda y repasar cosas que no entiendas con la primera explicación. También somos nosotros los que determinamos el programa, contenido del curso, ritmo de aprendizaje, etcétera, y no es maestro. En una clase privada nosotros determinamos el ritmo, y podemos repetir una clase cuantas veces sea necesario, sin que nadie se queje ni proteste (como ocurriría en una academia en la que debes compartir el tiempo de clase con 7 u 8 personas más que tienen distintos niveles, edades y distintas tareas que hacer). En una clase privada, no solo podemos repetir una clase, sino que también el maestro la adaptará a nuestras posibilidades y nivel, y esto es lo que hace realmente la diferencia al momento de aprender, porque podemos entender y retener mucho mejor la información o desarrollar habilidades de manera mucho más efectiva.
Una clase de idioma privada se adapta más a nuestras necesidades individuales y se puede personalizar para ayudarnos a aprender un idioma de manera más efectiva. Las clases de idioma privadas suelen ser individuales o con un grupo muy pequeño, por lo que la clase se puede personalizar según nuestro nivel, intereses y necesidades. En una clase privada, el profesor puede diseñar un curso que satisfaga nuestras necesidades, objetivos específicos, nuestros tiempos y expectativas. También puede organizar el horario según nuestra disponibilidad. En una academia, los cursos están diseñados para una audiencia general y el horario lo establece la academia, lo cual difícilmente se puede compaginar con nuestra vida laboral.
Clases de idiomas en una academia
En una academia no puedes terminar un curso antes que los demás. Tienes que seguir el programa, aunque éste no se adapte a nosotros ni cubra nuestras necesidades. En una clase privada de idiomas, podemos ir a nuestro ritmo y adaptar el nivel del curso para alcanzar nuestros objetivos particulares. Una clase de idiomas de la academia se centra más en la gramática y sigue un plan de estudios, no se centra en la individualidad de cada alumno.
Nos vemos obligados a compartir nuestro tiempo (que hemos pagado) con personas que no están interesadas en aprender y son muy disruptivas. A veces, la mayor parte del tiempo de clase se pierde tratando este tipo de temas. En una clase privada de idiomas, tenemos toda la atención de nuestro profesor, para que podamos aprender de manera más efectiva y sin pérdidas de tiempo. Somos el único estudiante y el profesor puede adaptar la clase a nuestras necesidades y nivel específicos. También progresamos mucho más rápido en un entorno privado. En una clase privada tenemos el 100% de la atención del profesor y la clase está 100% enfocada en nuestras necesidades y proceso de aprendizaje. Por otro lado, una clase privada es solo para personas que quieren aprender y están dispuestas a invertir su tiempo en hacerlo.
Estás obligado a asistir a clases cuando están disponibles, nunca se adaptan a tu horario. Entonces, si estás trabajando y estudiando, es imposible ir a una academia. Si tu tiempo libre es solo el fin de semana, no aprenderás a menos que contrates a un tutor privado. Una clase privada de idiomas es mucho más flexible en ese sentido, y se puede adaptar a nuestro horario. En una clase privada de idiomas, el profesor adapta el horario de clases a nuestra vida y nuestra disponibilidad. Entonces, si estamos trabajando y estudiando, aún así podemos tomar clases particulares, porque el profesor adaptará las clases para que podamos aprender aunque tengamos un trabajo de tiempo completo. Además, las clases serán más personalizadas, y podremos hacer todas las preguntas que hagan falta. Además, la clase se puede dar en nuestra casa u oficina, por lo que no necesitamos perder tiempo para desplazarnos.
No te pueden corregir los trabajos todas las semanas, porque los profesores están sobrecargados. La diferencia entre una clase de idiomas en una academia y una clase de idiomas privada es que en una academia los maestros no pueden corregir nuestros trabajos todas las semanas, porque deben corregir los escritos y ejercicios de todos sus alumnos, y ese tiempo las academias muchas veces no quieren pagarlo aparte, por lo cual esas tareas se quedan sin revisar o se revisan en clase (ocupando el tiempo de clase). Entonces, si deseamos mejorar nuestras habilidades de escritura, nos conviene más tomar una clase privada.
Tienes un plan de estudios establecido que debes seguir, mientras que en una clase privada, puedes adaptar la clase a tus necesidades específicas. Una clase privada de idiomas es, bueno, privada. Tienes toda la atención del maestro y puede darte retroalimentación sobre tu trabajo con más frecuencia. Si necesitas aprender inglés para tu trabajo, jamás perderemos nuestro tiempo, energía, y dinero estudiando cosas que jamás necesitaremos (como ocurre cuando hacemos cursos estandarizados). Un curso personalizado siempre acaba medio año o un año antes que en una academia. Por lo cual, aunque aparentemente es un poco más costoso, en realidad estamos ahorrando dinero a la larga, porque no desperdiciamos nuestro tiempo y dinero estudiando lo que no nos hace falta.
Y último, pero definitivamente no menos importante, en una academia olvídate de aprender a hablar un idioma extranjero de manera fluida, porque no va a haber tiempo disponible para que puedas hablar y recibir corrección individualmente. En promedio, tendrás 10 minutos de conversación por semana y poco tiempo para corregir pronunciación (si es que lo hay). El trabajo de tu profesor es hablar contigo durante 5 minutos y pasar a la siguiente persona. En una clase privada de idiomas, por el contrario, tendrás la oportunidad de hablar toda la hora y tu profesor puede darte comentarios personalizados y ayudarte con problemas específicos que puedas tener (ya sea de gramática, pronunciación, etcétera). Una clase de idioma privada será más costosa, pero obtendrás una atención más individualizada que te llevará a lograr tus objetivos mucho más rápido que una academia. La clase estará más orientada a la conversación y tendrás más oportunidades de hablar y ser corregido.