-¿Cómo lo sabes?
-Lo leí en Internet
Internet es el gran invento de este siglo. Es la nueva enciclopedia, solo que esta es mejor. Es universal, cualquiera tiene acceso a ella (tanto para subir contenido como para consumirlo). En Internet no existen jerarquías. Yo soy igual de importante que cualquier otra persona en twitter, aunque esta sea famosa. Quiero decir, que no hay que ser nadie para poder twitear, postear algo en Instagram o compartir algo en Facebook. No hace falta tener dinero, ni ser descendiente de nadie, ni siquiera tener razón.
Y por supuesto esto tiene su lado bueno y su lado malo. Lo bueno de Internet es que cualquiera (raza, edad, sexo, orientación sexual…) puede decir lo que quiera, y lo malo es que cualquiera puede decir lo que quiera. Se puede dar información falsa y en algunas ocasiones es difícil diferenciar lo que está bien de lo que no.
En este post os voy a dejar unos trucos que utilizo yo para filtrar información falsa en Internet a la hora de investigar sobre algo, confirmar algún dato, etc.
1. Busca la autoría
Como he dicho, en Internet todas somos iguales e igual de importantes a la hora de compartir contenido. No obstante, desconfía de una información que no esté firmada. Firmar un contenido implica que te responsabilizas de lo que está escrito y no hacerlo suele significar que no estás segura de lo que estás diciendo.
2. Fíjate si la página está actualizada
Las páginas o blogs antiguos que no están actualizados suelen tener información antigua. Esa información no tiene porqué estar mal ni equivocada, pero suele ser fiable la información más actual.
3. Busca si está avalada por algún organismo internacional
Para temas académicos está bien consultar páginas avaladas por el gobierno o organismos internacionales. Están escritos por personas expertas en el tema y aunque cualquier palabra se puede cuestionar, las palabras de personas que se dedican a ello tienen más peso.
4. Compara con otras páginas (si puede ser algunas de las que ya te fíes)
No solo te fíes de las páginas internacionales ni de los blogs actualizados, fíate de aquellas páginas en las que tengas puesta cierta confianza, ya sea porque llevas tiempo leyendo información que te he resultado útil o fiable. Y aunque este no sea el caso, compara siempre.
5. Si es la única fuente que lo dice, sospecha
Por muy conocida o fiable que sea la página si encuentras otras fuentes que dicen lo contrario, al menos, sospecha. Esto no quiere decir que la información sea falsa, pero es bastante probable que lo sea. En definitiva, nunca te fíes ciegamente, ten espíritu crítico.
6. Busca la bibliografía
Una página con bibliografía es una página que muestra de donde ha sacado la información. De esta manera puedes seguir los pasos y consultar por ti misma si la información es tan válida como te la están vendiendo.
7. Fíjate en el estilo, tanto de la página como de la escritura
La manera de escribir dice mucho de la escritora, una correcta puntuación y acentuación, un buen uso del espaciado, etc. Algunos blogs y páginas dejan bastante que desear en cuanto a adecuación y estilo. Nuevamente, esto no necesariamente indica que la información sea falsa, pero tampoco es que sea un buen indicativa.
Como puedes ver, ninguna de las reglas es absoluta ni aplicable siempre. Todo depende de las circunstancias, pero aquí tienes una buena guía a seguir cuando quieres diferenciar la información fiable de la que no lo es. Espero que te haya sido de ayuda.
¡Hasta pronto!
¡Hasta la próxima!