Ya llevamos varias generaciones desarrollando un modelo digital para todos los trabajos, pero con la pandemia nos hemos puesto las pilas definitivamente. En un principio no era muy fan de dar clase a través de una pantalla, y he cometido errores que me han costado muchos dolores de cabeza por tantas horas delante del ordenador. Pero aquí van algunos trucos para no repetir:
Empieza a dar clases particulares
- Dar clases online por videollamada no significa estar constantemente mirando a la otra persona. Hay que plantear actividades que nos distraigan de este cuadro (y bajarle el brillo a la pantalla lo máximo posible). Por ejemplo, hacer algunos energiser en mitad de la clase.
- La paciencia por ambas partes: que si la conexión a Internet, que si ¡ay, se me ha cerrado la página! ¿En qué página está eso? y un largo etcétera que de forma presencial solucionamos rápidamente. El tiempo de clases online puede requerir algunos minutos más que el tiempo de clase presencial en estos detalles, y a la vez el tiempo de clase online se pasa más rápido porque estamos más acostumbrados a concentrarnos cuando se trata de una pantalla. Por tanto, ninguna de las dos partes está perdiendo dinero, sólo hay que respetar las dinámicas.
- En la misma línea de lo anterior, tener siempre actividades de fondo (no obligatorias) para los alumnos que ya hayan terminado o sepan lo que se está explicando. Es algo que en las clases presenciales no siempre es fácil de controlar, pero en las clases online es mucho más sencillo plantear tareas de "distracción" para que no se aburran y se pongan a mirar el Facebook en otra ventana. Deben ser cosas que les motiven, como hacer un Jamboard fácil y creativo sobre el contenido que acaban de ver o de aplicar.
- Presentar tutoriales para las nuevas herramientas. En otra entrada de este blog presento algunas herramientas online, pero cuando sabemos que es la primera vez debemos asegurarnos de que ambas partes conocen la plataforma y para eso hay que practicar un poco antes de la clase (mandando tareas fáciles de realizar para el alumno o creando material nuevo para el profesor).
- Como nos decían en el cole, el material se comparte (en Drive, en dropbox, en la nube que prefieras). No tiene sentido ser celosos de los recursos que utilicemos porque hoy en día todo está disponible en la Red y con el hábito de regalar material conseguimos que los demás también nos compartan el suyo, lo que enriquece a todos. Se llama inteligencia colectiva y hay muchas teorías sobre cómo las tecnologías influyen en este tipo de cambios sociales.
Por supuesto a todo esto hay que sumar la infinita variedad de materias o contenidos que hay que adaptar, porque no es lo mismo preparar matemáticas para selectividad que preparar francés para el B2 oficial.
En mi caso, las clases de idiomas no se conciben sin audios o material audiovisual porque la lengua sólo tiene sentido si se usa en un contexto comunicativo. Tenemos la suerte quizás de que la propia asignatura ya requería un uso tecnológico antes de la pandemia, y estamos acostumbrados a preparar comprensión oral con estos recursos
De todas formas, se abre ahora un amplio abanico de posibilidades sabiendo que los alumnos están más disponibles para presentarles el material de otra manera (películas, series, audiolibros, programas de radio). Lo único que he cambiado radicalmente han sido las fechas de entrega, planteando el proyecto lo antes posible y extendiendo las entregas "cuantas veces haga falta" porque entiendo que no todos tienen la misma organización o el mismo acceso a los medios desde casa.
Al principio tenía fechas de entrega muy alejadas, pero me di cuenta de que al final las tienes que extender igual, así que doy dos semanas la primera vez y luego lo extiendo una semana más (siempre dependiendo de la carga de trabajo, pero recomiendo entregas que no supongan mucho esfuerzo, más cantidad pero más fáciles de corregir y de realizar para que no se pierda el hábito de la responsabilidad).
Los perfiles de los alumnos son la variable definitiva, en este caso diría que prefiero a los adultos para las clases online porque los jóvenes no tienen ningún problema en adaptarse al nuevo contexto. Me refiero a que me siento más tutora con adultos porque requieren mi ayuda en el sentido técnico, mientras que los niños tardan medio segundo en explicarme ellos a mí otra herramienta MUCHO MÁS CHULA SEÑO ESTO ES UN ROLLO. Es decir, aprendo más de mis alumnos jóvenes y enseño más a mis alumnos mayores.
Por supuesto, todo lo que he puesto aquí es muy general y algunas cosas se aplican más a grupos que a las clases particulares, entiendo que en esta página nos dirigimos más a los alumnos privados. Quizás puedan parecer cosas muy obvias, pero creo que es importante empezar a escribir bases comunes para poder desarrollar contenido más en profundidad.
Y hasta aquí los primeros consejos que se me ocurren, en base a vuestros comentarios escribiré algunas entradas más con otras ideas. Muchas gracias por comentar y compartir vuestra opinión, ¡hasta pronto!