Los maestros/as que trabajen en clases particulares, podrán encontrar tips para hacer lo mejor posible su labor docente por Internet. De todas formas próximamente haré un artículo sobre ello.
En este caso quiero aportar algunos consejos importantes para los padres y madres a la hora de afrontar las clases particulares.
Soy maestra de educación primaria y estoy especializada en educación especial. En mi experiencia dando clases particulares he podido observar algunos detalles por parte de la familia que, bajo mi punto de vista, no permiten que las clases particulares se desarrollen del todo bien. Probablemente todo lo que señalaré a continuación se haga sin querer, es muy común no prestar atención en aspectos como los siguientes:
1. Seleccione al profesor/a adecuado/a. Es una tarea compleja y que requiere de tiempo y paciencia. Tómese tiempo, en primer lugar, en pensar si es necesario un profesor/a particular para su hijo/a.
Si decide que sí, es momento de buscar el profesor/a perfecto/a para su hijo/a. Para ello, TusClasesParticulares.com es una muy buena herramienta para hacerlo. Seleccione sus criterios de búsqueda (ciudad, tipo de clases, materia...). Tranquilamente mire a todos los candidatos que le aparecen. Fíjese en sus estudios y experiencia especialmente: si necesita refuerzo de inglés, busque a personas con estudios relacionados con inglés; si su hijo/a tiene TDAH o problemas de aprendizaje, asegúrese de que el candidato tenga estudios relacionados con educación especial. Si no está del todo seguro, puede contactar con los profesores para que le ofrezcan más información.
2. Valora al profesor/a. El precio no solo incluye ir a su casa y dar las clases. Incluye, además, el tiempo y dinero invertido en los estudios que le permiten darle clase a su hijo/a. Incluye la experiencia adquirida para que las clases sean más eficientes. Incluye el tiempo (y muchas veces dinero) de preparación de materiales y métodos que aplicar con su hijo/a. Basándome en mis experiencias y experiencias cercanas, un precio muy bajo (menos de 5€/h) suele ocultar falta de estudios y/o experiencia del profesor o profesora. Con esto no pretendo hacer creer que el mejor profesor es el más caro, sino que los precios que establecen los profesores tienen una razón de ser, investigue cuál es esa razón para seleccionar al profesor que se adapte a sus necesidades y presupuesto.
3. Cada maestrillo tiene su librillo. No existe una sola metodología. No significa que, porque un profesor/a no haga lo que usted considera "normal" o "tradicional", las clases sean peores; cada profesor o profesora tiene su forma de dar clase y, créame, todos lo hacen lo mejor que pueden. Es por ello que no es necesario que constantemente le diga el profesor o profesora qué tiene que hacer y cómo, ya lo saben. En la mayoría de casos se han llevado horas o días planeando qué van a hacer en la clase teniendo en cuenta la situación de su hijo/a. Si no es estrictamente necesario, no le cambie los esquemas.
4. Habilite una zona de estudio adecuada. No solo para cuando vaya a casa el profesor/a, su hijo/a necesita tener una zona de estudio bien equipada y libre de distractores tales como juguetes, videoconsolas, televisión, tablets, móviles, radios... Con más razón si su hijo o hija tiene alguna dificultad añadida como puede ser el TDAH. Siempre, sin excepción, he encontrado este fallo en las casas a las que he ido a dar clase: el niño o niña no tenía una buena zona de estudio. He llegado a dar clase en un sofá con una mesa alta que dificultaba la escritura, frente a todos los aparatos que el niño adora y con los que soñaba utilizar mientras yo le estaba dando clase. Piense, ¿puede que eso influya en que el niño o niña necesite un apoyo extra en el estudio?
5. Sea serio con los horarios. Si quiere que el profesor vaya a su casa, por ejemplo, dos horas la semana y se establece un horario, intente no cambiarlo. Por supuesto, habrá casos en los que no habrá otra opción que hacerlo. En el caso que tenga que cambiar la hora o cancelar una clase, avise con antelación. Es muy molesto para el profesor o profesora tener un horario establecido y que a última hora se cambie, ya que puede tener otros alumnos u otras tareas que realizar. Lo mismo digo al contrario, los profesores y profesoras deberían avisar con tiempo suficiente cualquier cambio que quieran realizar en el horario.
6. "Educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto". Personalmente veo al niño/a antes que al alumno/a, esto es, no puedo dar clase a una persona que no conozco. Realmente necesito conectar con el alumno/a, conocerlo/a, saber cuáles son sus gustos y fortalezas así como sus debilidades y necesidades. Solo de esta forma puedo adaptar mi enseñanza a la mente del niño o niña. Normalmente me centro mucho en el comportamiento o pensamiento del alumno o alumna, pero considero que es importante conseguir cambios en ese ámbito para ver resultados en el ámbito académico. Y para todo ello es necesario hablar con el niño o la niña. Esto lo desarrollaré en el siguiente consejo.
7. Si escucha al profesor/a hablar de cosas "no académicas" con su hijo/a, no está perdiendo el tiempo. En serio. Es muy común ver a padres y madres nerviosos porque escuchan a su hijo/a hablando de sus gustos, de los juegos a los que juega o de lo que hicieron el otro día. Piensan que el profesor/a y el alumno/a están perdiendo el tiempo mientras que ellos están perdiendo dinero. No es así. Créame que es muy necesario esos momentos de distensión por dos razones fundamentales: los niños necesitan respiros mentales (especialmente cuando son más pequeños o tienen dificultades como puede ser Déficit de Atención) y el profesor/a dirige esta conversación para conseguir información relevante para personalizar lo máximo posible su enseñanza y, de esta forma, alcanzar un aprendizaje significativo por parte del niño/a.
8. Mantenga una buena relación con el profesor o profesora. Con ello me refiero a que tenga la confianza suficiente para comentar todo lo referente al niño o niña: dificultades que ha detectado, si cree que el profesor o profesora puede darle más énfasis a una asignatura o contenido, mejoras que ha observado... Tenga en cuenta que cualquier información, por mínima que sea, es relevante para mejorar las clases. De esta forma, conseguirá que el profesor/a cuente con la confianza necesaria para comentarle todo lo que va viendo de su hijo/a.
Especialmente si algo no le gusta de la clase, coménteselo y dé la oportunidad al profesor/a de expresarse. Escuche al profesor o profesora, pídale la justificación de lo que hace, quizás llegue a entender por qué hace las cosas de una forma y no de otra. Así podrá decidir si ese profesor/a le conviene a su hijo/a. Pero hable con él o ella antes, es muy desconcertante para los profesores creer que están haciendo las cosas bien porque no reciben ningún feedback negativo por parte de la familia y finalmente ven como los padres y madres prefiere prescindir de él o ella sin motivo aparente y buscar a otra persona.
9. Dé tiempo. Este es el aspecto más importante a tener en cuenta. Olvídese de ver resultados importantes con tan solo 5 ó 6 horas de clase en un mes (excepto en casos muy especiales). Los cambios llevan tiempo y tiene que ser paciente para observarlos. Esto es muy común en las clases de verano. Piense que si una materia completa se da en el colegio o instituto en 9 meses y a su hijo/a le ha costado adquirir (o no ha adquirido) las competencias necesarias para superar la asignatura, es muy complicado que tan solo en un mes a dos horas por semana se consiga buenos resultados. Es imprescindible pensar en ello y establecer unas metas realistas para así saber cuántas horas necesita su hijo/a.
10. Su hijo/a es lo más importante. Sí. Es lo que tienen en común usted y el profesor/a particular de su hijo/a: todo lo que hacen tiene como objetivo principal conseguir el éxito del niño/a.
Seguramente hay muchas cosas que se me han quedado en el tintero pero creo que estos 10 consejos son importantes para conseguir que las clases particulares sean eficaces, al menos, por parte de la familia.