Una aproximación teórico práctica.
La pronunciación puede ser el aspecto más difícil de dominar para un estudiante de lengua extranjera, adicional a ello también es la habilidad menos favorecida en los programas y materiales de aprendizaje de LE dándole prioridad a los aspectos gramaticales. Sin embargo la pronunciación debe ser vista como algo más que la producción correcta de sonidos individuales o palabras, debe verse como una parte crucial e integral de la comunicación que debe incorporarse en las actividades rutinarias de las sesiones.
En cuanto a este aspecto la labor del docente es facilitar a los estudiantes herramientas que les permitan discernir y reproducir los diferentes elementos del habla (sonidos, sílabas, ritmo y entonación) en un contexto comunicativo. Una vez que los alumnos comprendan las funciones de estos elementos, sabrán enfocarse y construir su propia conciencia fonológica para entender y darse a entender en la lengua meta. Para este fin es necesario alentar activamente en clase la producción oral y con esta práctica favorecer el proceso de auto escucha.
Las habilidades para escuchar y pronunciar deberán vincularse con situaciones formales e informales, pues lo que se busca es dotar al alumno de una competencia comunicativa eficaz, tanto en lo receptivo como en lo productivo. Se puede concluir que una cuidadosa instrucción e integración de la pronunciación, junto con los aspectos de vocabulario y gramática, asegurarán lograr el objetivo de la enseñanza integral de lenguas: proveer al alumno de un sistema lingüístico y sociocultural que le permitan resolver necesidades comunicativas y convertirse precisamente en un comunicador funcional en la lengua meta.
Luis R. Elias