Antes de empezar el curso siempre tenemos unas expectativas muy altas sobre cómo vamos a trabajar y organizar nuestro tiempo. Por desgracia, la mayoría de las veces no pasa más de una semana con todo tan planificado.
El problema es que después no sabemos compatibilizar el tiempo de estudio con el resto de tareas o actividades que tengamos y acabamos dejando todo a medias.
En realidad, conseguir que no se nos acumule todo el trabajo a última hora es más sencillo de lo que pensamos y, ¿para qué engañarnos? ¡es más fácil cuando tenemos más tiempo para hacer las cosas!
Y ahora, ¿cómo lo conseguimos?
Aquí tenéis unos utensilios casi fundamentales para la organización:
- Agenda: lo creáis o no, sirve para mucho más que apuntar deberes. Es la forma más sencilla de poder apuntar todos los acontecimientos que van a llegar, los exámenes o trabajos para entregar, o sencillamente nuestros planes de ocio. Os aconsejo que apuntéis todo en ella, que después se olvidan las cosas. Yo, por ejemplo, apunto en colores para así saber cómo de urgente o importante es cada cosa. Los exámenes van en rojo, las clases particulares en verde,...
- Calendario mensual: no hace falta que os compréis nada, podéis haceros un calendario en un folio. Lo bueno es que nos permite ver a golpe de vista cómo va a ir nuestro mes. Es un complemento de la agenda, ya que en el calendario se pueden ver las actividades importantes y en la agenda apuntar detalles sobre cada una y algunas cosas "menos importantes".
- Listas: a mí me resultan fundamentales. Según me levanto apunto todo lo que tengo que hacer en el día y las materias que voy a estudiar. Con la ayuda de la agenda y el calendario puedo ir repartiendo las tareas para que la carga de trabajo sea más equilibrada. Otro punto a favor es que no me gusta dejar nada sin tachar, y así me obligo a hacer todo. Pero cuidado, sed coherentes con lo que apuntáis y no os sobrecarguéis de trabajo. Más vale hacer poco y bien que mucho y mal.
- Post-it: si eres de ese tipo de personas que se olvida de todo, sabrás lo que es tener tu escritorio empapelado con estos papelitos amarillos. Se supone que con ellos no nos olvidaremos de nada, ¡pero hay que recordar quitar los que ya hayamos hecho!
Creo que con estas cuatro cosas ya tenéis de sobra para que el tiempo no os sobrepase, ahora solo falta añadir pequeños hábitos a la rutina, como mirar la agenda a diario (no siirve de nada apuntar cosas si luego no la miramos) o ir apuntando todo lo que queda por delante.
Ahora ya sois vosotros quienes tenéis que aprender a gestionar el tiempo, cada uno sabe cuales son sus actividades. Repartid bien el tiempo de cada materia para que el estudio sea eficaz y ¡no olvidéis los pequeños descansos!
¡Nos vemos en la próxima clase!