Aunque no soy muy fan de dar clases a niños de menos de 10 años, he de decir que no hay mejor experiencia que la de llenar esas pequeñas cabecitas con "words and expressions" en inglés y no hay mayor recompensa que cuando te responden una pregunta lo hagan en inglés, incluso, a veces, con una pronunciación y un dominio del sonido /r/ y /l/ que te quedas pasmado.
Llevo tiempo en esto de la enseñanza y no tenía muy seguro al principio si dedicarme o no a ello. Pero uno ya va viendo con los años el resultado que ofrecen esos alumnos balas perdidas que no hablaban nada de inglés y ahora tienen un B2 o incluso un C1, en algunos de mis casos particulares.
Recuerdo que cuando empecé me dieron trabajo de profe de inglés en una academia privada, y mayoritariamente, tenía que dar clases a niñxs de menos de 8 años. Fue lo mejor que me pasó y lo mejor que les pasé según ellos y los padres. Tenían ganas de venir a las clases (en verano, Sevilla a las cuatro de la tarde, para situarnos!), se iban contentos y con ganas de aprender inglés. Nunca olvidaré a mi Fernandito cuya pronunciación de las palabras a veces me dejaba tieso de lo bien que lo hacía, y de lo creativo que a veces pueden llegar a ser para aprender inglés - En este caso, Fernando (6 años) y yo estábamos repasando las frutas en inglés y cuando me dijo que por qué no íbamos al Mercadona (a pocos metros de la academia) a repasar las frutas, pensé oye es muy buena idea. A la semana siguiente, preparé una actividad y nos recorrimos todo el super en busca de frutas y encima algunas que no estaban en la lista él estaba deseoso de cómo se decía grosella en inglés, "para aprender más teacher" decía.
En definitiva, hay que dejarse llevar, no seleccionar un grupo de alumnos específico porque cuando te dejas llevar por estas pequeñas personitas se te ablanda el corazón y encima tú aprendes de ellos y ellos de ti.