El camino hacia la fluidez suele ser largo, por eso debemos aprovechar cada recurso a nuestro alcance para hacerlo más llevadero.
¿Por qué es importante saber de fonética?
Una gran manera de desarrollar una buena pronunciación es conscientizar nuestros ejercicios mientras los realizamos. Por ejemplo: Si nos cuesta diferenciar entre el sonido /b/ y /p/ en la práctica, probablemente encontremos útil saber que el primero es sonoro (voiced en inglés); es decir, con vibración en las cuerdas vocales, mientras que el segundo es insonoro (voiceless o unvoiced en inglés); o sea, sin vibración en las cuerdas vocales.
Ese es uno de los estudios principales de este campo: los sonidos. Desde cómo se pronuncian, hasta qué comportamiento tienen en diferentes contextos.
Sin necesidad de estudiar fonética (y fonología) en profundidad, podemos sumar conocimientos sumamente valiosos para nuestro aprendizaje y entender mejor cómo funciona nuestro cuerpo cuando hablamos.
Volviendo a la conscientización de nuestros ejercicios, quiero aclarar que solamente lo vamos a necesitar en primera instancia. Una vez logremos sonidos claros, no será necesario hacer énfasis en cada uno, ya que con el tiempo saldrán inconscientemente. Para ese entonces los habremos naturalizado, al igual que naturalizamos cada sonido de nuestra lengua madre.
Ésta es una de las pruebas que demuestra que intentar aprender un lenguaje exclusivamente por medio de gramática y traducción no es viable, ya que tomarnos el tiempo de armar oraciones en nuestra cabeza, luego traducirlas y por último decirlas. Es un proceso forzado y muy alejado de una conversación cotidiana.