A mí siempre me han gustado los idiomas. Siempre he ido a academias y he tenido clases privadas (estudié inglés, francés. alemán y japonés). La verdad es que me parecía fascinante que mis profesores entendieran otros idiomas y yo quería ser como ellos. Decidí estudiar turismo para unir mis dos pasiones (viajes e idiomas). Viví en el extranjero y me di cuenta de que me encantaba hablar con gente extranjera en el idioma que fuese. Cuando hice mi erasmus, trabajé como profe de español en la universidad y la verdad es que fue genial. La gente muy maja e incluso si no tenían ni idea, les encantaba repetir y aprender expresiones nuevas. Al haber gente de mucho países, yo enseñaba español e inglés pero a la vez, cuando hablaba con algún extranjero, era yo la que repetía francés, alemán, japonés, chino, polaco, tailandés y todo lo que hacía falta :) Y al final, siempre nos hacíamos entender de una manera u otra.
Así aprendí que es muy importante hacerse entender como fuera (por señas si hacía falta). No importaba si hablabas bien el idioma (en mi caso el inglés, ya que hice el erasmus en Inglaterra), lo importante era poder comunicarte y tener una conversación con alguien en ese idioma. También aprendí que la mejor manera era hablando, y hablando y hablando. Aprendiendo nuevas expresiones, poniéndolas en práctica y cometiendo errores. Yo aprendí inglés gracias a mi compañera de piso, una chica alemana. Fue muy muy muy pero que muy paciente conmigo y a ella le debo mucho. Hacía mucho esfuerzo por entenderme y sabía lo que era no poder comunicarse, porque ella había pasado por lo mismo.
Y de esta manera decidí enseñar inglés :) Yo he pasado por todos los pasos posibles: no tener ni idea, después saber mucha gramática, odiar los phrasal verbs, liarme con los idioms, pronunciar mal, leer peor, no tener comprensión lectora, pensar en español y traducir directamente (¡viva el Spanglish!), inventarme palabras (¡viva el: I am constipated!! cuando quería decir "estoy constipada"), decir burradas (y muchas... algunas un poco embarrasing, todo hay que decirlo), etc... pero lo mejor de todo: echarme unas risas por mis errores, aprender, no sentir vergüenza y hacer amigos de todas las partes del mundo.
Debo añadir que es la mejor decisión que he podido tomar. Mis estudiantes son geniales y aprender rápido, tenemos conversaciones de todo tipo, nos reimos y lo mejor es que aprenden sin sentir vergüenza. Todos empezamos desde cero. Incluso los profes :)
Rebeca