Aunque sabemos que hacer ejercicio es siempre beneficioso para nuestra salud, la ansiedad y la depresión pueden mermar nuestra energía y dificultar la actividad física. Si bien la tristeza es una parte inevitable de la vida y todos enfrentamos momentos en los que nos resulta díficil disfrutar de las actividades diarias, la experiencia de la depresión, va más allá de las fluctuaciones normales del estado de ánimo, y puede afectar negativamente a la vida personal, social y profesional.
Si bien el yoga no es una cura mágica para la depresión, sí puede ser una excelente y amable manera de incorporar el movimiento a tu rutina diaria, y así comenzar a sentirte mejor. También es importante tener en cuenta que el yoga no reemplaza, sino que complementa, otro tipo de tratamientos para la depresión o la ansiedad.
Hacer yoga de manera regular, nos ayuda a calmarnos y a recuperar el poder y la energía para enfrentar los desafíos de la vida, sin inquietarnos. Miles de personas usan el yoga para recuperar la salud, tanto en los problemas mentales y emocionales, así como para afecciones y trastornos corporales. Las clases de yoga pueden ser terapéuticas, suaves o desafiantes, según el estilo.
En el tratamiento de la depresión, la combinación de movimiento físico y respiración, es clave para recuperar la salud. La meditación nos ayuda a mantenernos presentes y aclarar nuestra mente; los ejercicios de respiración son muy eficaces en reducir los síntomas depresivos.
Además, la práctica del yoga es una manera natural de aumentar la producción de serotonina, que suele tener niveles muy bajos en las personas con depresión.
Hay muchos estudios realizados que demuestran que el yoga puede ayudar en el tratamiento del estrés, la ansiedad y la depresión.
No deberíamos resignarnos a tener problemas para dormir, falta de energía y motivación, y dolor en nuestra vida; hay mucho que podemos hacer por nuestra salud mental y física. Recuperar la salud solo requiere un primer paso, y establecer el compromiso que nos debemos a nosotros mismos, el compromiso con nuestro bienestar.
Es también interesante cambiar un poco de perspectiva, y ver a la ansiedad y la depresión, no como nuestras enemigas, sino como una señal de alarma que nos recuerda que necesitamos cambiar hábitos, e incorporar nuevas actitudes en nuestra vida. Tan solo se requiere una pequeña dosis de buena voluntad, y que no subestimemos el poder de movernos, respirar y relajarnos.
Podemos descubrir que algunos ejercicios de yoga muy simples, pueden ser formas poderosas de mejorar el estado anímico. La práctica nos ancla en el momento presente, y aunque la depresión puede hacer que el momento presente se sienta terrible y angustioso, el llevar la atención a la respiración calma nuestro sistema nervioso y nos permite tomar distancia de los pensamientos dolorosos que suelen acompañar a la tristeza intensa.
Afortunadamente, hay mucho material y recursos disponibles en Internet para apoyarnos a dar el primer paso, depende de nosotros. Un instructor puede también ayudarte a incorporar simples y pequeñas prácticas a tu día a día, y diseñar un plan adecuado a tus necesidades.