Oportunidad de oro para la educación en países que son como nuestra querida Argentina!

Esta pandemia que nos tomó por sorpresa (!¿realmente?!), que ha movido y removido estructuras y trastocado paradigmas establecidos durante siglos, nos puso a muchos no solamente en estado de alerta, sino hasta de parálisis momentánea, si a caso se podría llamar así a una cuarentena de más de 40 días. Obviamente la parálisis inicial debido al shock que abordó a cada uno de nosotros, duró unos pocos días, muy distinto a la parálisis impuesta por parte de nuestras autoridades superiores del Estado, la cual se extendió meses.

Así y todo dicen que las crisis representan oportunidades, y vaya oportunidad que tuvimos con tremenda crisis mundial!. Me refiero a la que representó para la Educación Argentina; educación que venía desde años atrás derrumbándose en los hechos, pero sin embrago floreciendo y creciendo según muchas lenguas comunicadoras, digamos oficiales. Obviamente para estas lenguas no había necesidad de aprovechar ninguna ola, y ésta pasó nomás sin pena ni gloria.

La oportunidad de oro hubiera sido el encarar una reforma, si bien de emergencia, pero con inteligencia y voluntad, (aunque sea mínima y cada uno, si lo desea, que medite que sectores son los que nos anclan al pasado), con vistas a un cambio realmente estructural acorde a las circunstancias de aislamiento, pero aprovechable para ponerla de cara al futuro; es decir, dejar la modalidad de clases a lo "Laura Ingalls Wilder" del siglo XIX - Maestra-pizarrón-alumnos, y entrar de una vez por todas al siglo XXI sin miedo, con un tipo de Educación basado en la tecnología actual. Pienso que no hay excusas, lo virtual existe, las comunicaciones a distancia existen, los soft abundan y la imaginación, creatividad y racionalidad argentina es materia prima que no se agota.

Los docentes han llegado con simplemente Whats A. a los alumnos más humildes y hasta han mantenido sus clases en esa vía en innumerables casos. Con mínima inversión del estado se hubiera podido asistir a la minoría de alumnos que no posee esa aplicación en su celular y al mismo costo a quienes no poseen directamente celular. Creo que aún estamos a tiempo de alcanzar esa ola hacia el futuro si dejamos la mezquindad de lado, y sin que esto signifique en demérito a los lazos que se logran con la modalidad de clases presenciales.

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