El mundo en el que vivimos fomenta los problemas de concentración. Nuestro día a día es una multiplicidad de estímulos que llaman nuestra atención al mismo tiempo. ¿Cómo terminar una tarea si siempre hay otra cosa por hacer? Las clases de pintura pueden ayudarte a contrarrestar este fenómeno.
Este problema no es exclusivo de los niños. La falta de concentración en adolescentes o la falta de concentración en adultos es tanto o más frecuente que la infantil. Tampoco tiene por qué ser consecuencia de algún tipo de problema mental como la hiperactividad, aunque nuestra sociedad la fomente.
A continuación vamos a desgranar este problemática en los siguientes puntos:
- Mostraremos por qué los problemas de concentración están tan extendidos.
- Detallaremos algunas consecuencias negativas de la falta de atención.
- Enseñaremos por qué las clases de pintura pueden mejorar tu vida.
El origen de los problemas de concentración
Las principales causas por las que sufrimos una “pandemia” de problemas de concentración son tres: el estrés, las nuevas tecnologías y la educación.
A menudo, el trabajo exige que dividamos nuestra atención en varios asuntos al mismo tiempo. Si tenemos personas a nuestro cargo, esta actividad se intensifica. Si, además, hay que atender obligaciones familiares, el estrés se dispara.
El estrés, por sí solo, no es malo. Se trata de una respuesta natural de nuestra psique que nos ayuda a mantenernos alerta. No obstante, el estrés puede afectar negativamente a la salud psicológica si se cronifica. Una de sus consecuencias es la falta de concentración.
Por otro lado, las nuevas tecnologías requieren nuestra atención constantemente. Esto es especialmente cierto en el caso de los smartphones. Recibimos repetidas notificaciones de mil y una aplicaciones diferentes que nos invitan a revisar el último mensaje, el último tuit, el último post de Instagram…
Por último, el tercer origen de la falta de atención, más general y que involucra en menor o mayor medida los dos puntos anteriores, es la educación. Las generaciones más jóvenes han crecido en una sociedad que alaba a las personas “multitarea”.
Ser capaz de prestar atención a varias cosas a la vez es útil hoy en día, eso es innegable. Sin embargo, a menudo aprender esta habilidad supone un detrimento en la capacidad de concentrarse en una sola tarea.
Consecuencias de la falta de concentración
La falta de concentración al estudiar puede derivar en unos resultados académicos deficientes. El estudiante no es capaz de exprimir todo su potencial para conseguir las mejores notas.
Los problemas de concentración al estudiar pueden ser todo un drama para el que los sufre. Por ejemplo, cuando el alumno necesita alcanzar cierta nota para ser aceptado en una carrera universitaria. Otro ejemplo son los proyectos de clase, los cuales también influyen en la nota global. Parte de los problemas en España con el fracaso escolar vienen derivados precisamente de esto.
No menos preocupante son los problemas de concentración en el trabajo. Si bien algunos puestos requieren una atención dispersa, otros necesitan dedicación y mimo. La falta de concentración, en estos casos, supone que tus resultados laborales serán insuficientes, incompletos o tardíos.
En cualquier caso, esto repercute en los resultados de tu empresa y en la relación con tus compañeros. En última instancia, perder el empleo es una posibilidad real.
Los problemas de atención pueden afectar incluso al ocio. Por ejemplo, los problemas de concentración al leer son un fenómeno creciente en un mundo que desborda estímulos por doquier. Es difícil no interrumpir la lectura para leer el último mensaje que te ha mandado un amigo por WhatsApp.
Lo mismo sucede también con las películas y series. Es muy común ver a gente consultando el móvil o distrayéndose mientras mira el televisor o está en la sala de cine. En conclusión, las personas con problemas de concentración sienten que no disfrutan plenamente lo que hacen. Esto se debe a que su atención está dispersa y, en consecuencia, también se dispersa el gozo.
¿Cómo las clases de pintura resuelven los problemas de concentración?
Mejorar la concentración en el trabajo, en los estudios o en una afición requiere entrenamiento. Las clases de pintura son una forma idónea de poner en práctica esa habilidad cognitiva.
No importa que tomes clases de pintura y dibujo, clases de pintura al óleo o clases de pintura acrílica. Lo importante es lo que tienen todas en común: tú, una superficie en blanco y decenas de colores para plasmar tu creatividad.
Las clases de pintura pueden ayudarte a combatir el estrés porque son un “tubo de escape” para este. La atención y el cuidado que requiere dibujar o pintar un paisaje, por ejemplo, libera tu mente de las preocupaciones del trabajo. Esto equilibra tu psique y permite que funcione mejor durante la jornada laboral.
Las clases de pintura son, además, una oportunidad ideal para apagar todos los dispositivos electrónicos. De esta forma, acostumbras tu mente a la falta de distracciones. En suma, las clases de pintura y dibujo ayudan a reeducar nuestro cerebro en habilidades cognitivas como la concentración, la atención a los detalles y la perseverancia durante, al menos, una hora continuada.
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