Las clases de guitarra personales o de grupos reducidos siempre son un reto, porque tener la atención de una o 3 personas durante una hora o un poco más, no es nada fácil. He tenido mucha suerte con mis alumnos, tengo que admitirlo, pero hay unos tips o consejos que pueden ayudar tanto al profesor como al estudiante para disfrutar y aprovechar al máximo las clases:
Al ser una clase de guitarra, conviene mucho que el alumno cuente con un afinador, o que use un app del móvil para afinar, y para que la guitarra esté lista para la clase. Es importante que el profesor enseñe eso en la primera sesión, para que el alumno practique luego con una guitarra afinada durante la semana.
La empatía es clave, cuando las clases son grupales, habrán temas que para uno del grupo son muy fáciles y obvios, mientras que para otros tomará un poco más de tiempo entenderlos; en ese momento lo mejor es apoyarlos para que todos estén en el mismo nivel y seguir con el siguiente tema.
Otro punto clave es anular cualquier prejuicio o expectativa, tanto del profesor como del alumno; tu profesor no es el mejor guitarrista del mundo porque eso no existe, si no sabe algo, no pasa nada, recuerda que es humano. Tú tampoco tienes que presionarte por aprender; no hay un deadline ni una fecha límite para entender algo, si no te sale una canción, no pasa nada, tal vez aún no es el momento de aprenderla, no fuerces el aprendizaje porque perderá el feeling.
Si eres alumno, aprovecha la clase y pregunta, sé curioso; cualquier duda que tengas es válida. Si eres profesor, sé receptivo; estimula que el alumno sea curioso y te pregunte, si le contestas bien, la clase será súper estimulante para ambos; y si no lo sabes; pues le dices que no lo sabes, luego lo averiguas en Internet o en alguno de tus libros, y ya está, ahora tienes más conocimiento aún.
Las mejores clases que he dado, y los mejores alumnos que he tenido no han sido los que solo quieren aprender Zombie, o a los que les enseño a tocar canciones; la mejor clase es en la que el profesor y el alumno llegan a la conclusión que tocar guitarra, es hacer música, y que la mejor forma de progresar y aprender, es entender cómo funciona la música, y que ese es el verdadero aprendizaje; los guitarristas somos músicos que usan la guitarra para expresar algo; y si entiendes la música, cuando la escuches el placer será aún mayor, y cuando quieras aproximarte a cualquier otro instrumento y aprenderlo será mucho más fácil.