1.- Define el tema de tu texto. No podrás desarrollar un buen contenido sin antes tener definido el tema a exponer. Es fundamental para el ajuste a la idea que quieres trasmitir.
2.- Ten en cuenta el público destinatario. No todos los textos van dirigidos al mismo público. Debes tener presente si es un público joven o adulto, o si es para un público medio o un grupo de profesionales. También ten presente el contexto de transmisión, porque no es igual colocarlo en las redes sociales (puede ser más distendido) o para una evaluación académica.
3.- Escribe las principales ideas del tema definido. Organízalas según corresponda: cronológicamente, de lo general a lo particular, etc. Este método, aunque tengas un poco más de trabajo, te ayuda a no divagar o “perderte” en tus ideas. Recuerda: existen ideas principales (o idea central) y las ideas secundarias (giran alrededor de la idea central).
4.- Desarrolla cada una de las ideas en párrafos. Trata que cada párrafo contenga varias oraciones. Esta parte de la redacción te ayuda a ir de lo particular (la oración) a lo general (el párrafo). Si lo desarrollas de esta manera, verás cómo fácilmente se va conformando tu redacción.
5.- Revisa la concordancia y la coherencia entre las palabras y entre las oraciones. La concordancia es la relación correcta entre las palabras, ya sea en género, número, tiempo o modo, y dependiendo si es un sustantivo, un adjetivo, un verbo, etc.
La coherencia es la relación lógica que existe entre las partes de un texto: entre las palabras, entre las oraciones o entre las partes de un texto. Un texto es coherente cuando las ideas que lo constituyen se encuentran debidamente vinculadas, de modo que pueda entenderse cabalmente su significado general.
6.- Trata de escribir lo justo para la ocasión. En la actualidad la gente trata de leer lo menos posible, también tener en cuenta: el cerebro solo retiene el 20% de lo leído en el día. Por eso trata de ser preciso y conciso cuando escribas. Utiliza términos o frases fáciles de recordar, y así tu idea esencial pueda ser comprendida de manera expedita.
7.- Lee toda la redacción, revisa si todos los párrafos tienen cierta independencia, pero a su vez si todos se relacionan entre sí. La comprensión de tu redacción será mejor cuando las ideas expuestas se correlacionan de manera lógica. Al lector puede interesarle muchas de tus ideas, pero una mejor interpretación será si puede analizar, una a una, las oraciones de cada párrafo y el texto en general.
8.- Revisa la ortografía: correcto uso de las letras, las palabras, las acentuaciones y las puntuaciones. Es primordial mantener una ortografía correcta en los textos redactados. Deja mucho al decir del lector. Obviar la revisión de la ortografía denota descuido, desinterés e ignorancia. En este sentido si no tienes buena ortografía, sabes que debes buscar ayuda de un profesional.
Recuerda: si necesitas la ayuda de un profesional para redactar tus textos puedes contar conmigo.