Durante mis años de experiencia como profesor, he sido testigo de diferentes visiones respecto al idioma Inglés. Si bien soy un novel profesional de sólo 23 años, comencé a realizar clases personalizadas a domicilio apenas con 18, cuando era ''mechón'', después de haber cursado mi primer mes de universidad. Por tal motivo, mi enfoque durante todos mis años como estudiante de pregrado fue el de brindar un servicio personalizado de aprendizaje del idioma universal, hasta el día de hoy ya convertido en profesional. Es así que todo ha sido un arduo trabajo económico e intelectual, desde la confección de afiches publicitarios, tarjetas de presentación, página web personal, publicación en diarios, redes sociales, etc., con el fin de realizar una extraordinaria difusión de los servicios entregados.
Con el trajín de los años, ciertos eventuales estudiantes me han hecho una común consulta: ''¿Cuál es la diferencia entre tomar clases en institutos de idiomas y clases personalizadas de Inglés a domicilio?''
La respuesta ha sido sutil y simple de constatar. Haré la siguiente analogía: Es posible relacionar ''arte manual'' vs ''producción industrial masiva''. En el arte manual existe la capacidad de pulir cada detalle, poner atención a las partes delicadas y sacar provecho a factores fuertes. Con clases personalizadas te aseguras un enfoque completo, dado que el aprendizaje del estudiante es la meta, aprendes más rápido y tienes lecciones acorde con tus necesidades.
Al contrario, en un proceso de producción masiva no hay tiempo ni delicadeza para evitar fallas de ensamblaje. Puedes acercarte a lo que buscas, pero las fallas de la maquinaria que uses marcará negativamente de igual forma la producción completa. Concerniente a los institutos, éstos tienen currículum planificado de antemano, un negocio que no se ajusta a las necesidades de cada alumno lamentablemente.
En el plano del Inglés, cuando tienes toda la atención de un profesor no sólo aprendes tú, sino que el docente aprende a la vez del estudiante, sus puntos débiles e intereses para captar su atención, cual un artista observando su propia obra.