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Danza Oriental y Flamenco como herramienta terapéutica de sanación física, psiquica y emocional.

Algunas de las ventajas más importantes atribuidas a la danza son: estimula el ejercicio físico y es una actividad entretenida; otorga bienestar al cuerpo y al estado de ánimo facilitando el buen humor; fortalece las relaciones de empatía y cooperación entre los participantes; es posible desarrollarl...
Danza Oriental y Flamenco como herramienta terapéutica de sanación física, psiquica y emocional.

Algunas de las ventajas más importantes atribuidas a la danza son: estimula el ejercicio físico y es una actividad entretenida; otorga bienestar al cuerpo y al estado de ánimo facilitando el buen humor; fortalece las relaciones de empatía y cooperación entre los participantes; es posible desarrollarla a cualquier edad; estimula la creatividad y flexibilidad debido a los diferentes ritmos y coreografías; mejora el funcionamiento aparato cardiovascular debido a que se obtiene una mejor irrigación sanguínea; resulta ideal para mujeres que han entrado en la menopausia ya que la práctica de esta actividad ayuda a mantener en forma el estado de los huesos; la danza es el canal ideal para expresarse por los tanto estimula la capacidad de comunicarse acertivamente entre los participantes; se recomienda la danza para aquellas personas con dolencias de espalda o en la zona lumbar; combate el estreñimiento; favorece el funcionamiento adecuado de los ovarios; estimula una correcta postura al caminar y se fortalecen los pies, piernas y brazos de una manera divertida.
Aunado a estos beneficios aprenderemos los principales movimientos de la danza del vientre o danza oriental, concentrados en el desarrollo de la flexibilidad y la observación de la zona abdominal, lumbar y pélvica que nos permitirán sanar y potenciar nuestro aparato reproductor y nuestra energía sexual. Con práctica de esta baile, tomaremos conciencia de nuestro cuerpo y de la postura que adoptamos en cada momento. La observación e interpretación corporal de los elementos de la naturaleza, el aprendizaje de técnicas básicas que permitan no hacernos daño y tomar conciencia del espacio personal y escénico, nos aportarán la seguridad para manejarnos con armonía en nuestra cotidianidad. Todo esto acompañado por la concienciación de nuestro cuerpo y observación constante de la respiración hacen de la práctica de esta danza un trabajo de meditación a la par que aunado a el aprendizaje de algunos estiramientos la práctica del yoga como herramienta para preparar y relajar nuestro cuerpo antes y después de la Danza. Todo esto nos permitirá profundizar en herramientas personales para potenciar nuestra presencia en “la escena de la vida” Por su parte en la clase de flamenco aprenderemos las cinco secuencias de movimientos que constituyen el baile de parejas llamado sevillanas; el cual nos introducirá en el espectro básico de los bailes flamencos, ademas de los movimientos, marcajes y posturas básicas de esta danza estudiaremos el ritmos y los tiempos de la rumba flamenca para posteriormente hacer un montaje coreográfico.
Que la Danza es terapéutica creo que es incuestionable “lo terapéutico” tiene una cualidad concreta y necesaria que lo define: “ser reparador”, “curativo”, “sanador de alguna manera”. Esta cualidad puede darse, según mi reflexión y mi experiencia, a diferentes niveles.
El primer nivel terapéutico, para mi el más básico, sería el que actuaría fundamentalmente sobre el cuerpo físico. En este nivel de actuación terapéutica se “repararían” lesiones, aliviarían dolores, molestias físicas y posturales. Cuando asistimos a clases de Danza Oriental o Flamenco y la persona que guía el grupo está capacitada para llevarnos un poco más allá. Más allá del cuerpo físico.
Si los movimientos de la danza son acompañados por un trabajo adecuado y consciente de respiración estaríamos acercándonos al segundo nivel terapéutico: el que moviliza, concientiza y “repara” el cuerpo energético. El concepto de energía así empleado todavía crea mucha confusión en occidente, asi es que yo me voy a referir aquí a la energía entendida como corriente vital, como el combustible, la fuerza que nos mueve y nos hace sentirnos vivos. Quienes practicamos habitualmente esta danza hemos podido comprobar una y otra vez como después de las sesiones nos sentimos más vitales, con más energía.
Y aún podemos ir más allá, más allá del cuerpo físico (nivel I), del cuerpo energético (nivel II) si además de mover nuestras caderas en círculos y nuestro vientre ondulante, coordinamos estos con la respiración, llevando nuestra atención hacia dentro, en una actitud de interiorización que nos permita “darnos cuenta” de “qué se mueve mientras me muevo” entonces nos encontraremos con lo que llamamos “cuerpo emocional”
Para que la Danza sea terapéutica en este nivel se necesitan, además de conocimientos sobre todo lo dicho que la persona que guía el grupo tenga una buenas dosis de: humildad, empatía, inteligencia emocional, equilibrio, habilidades sociales y ¡AMOR…, toneladas y toneladas de amor!
Es ese sentido creo que esta sería una actividad que beneficia la salud tanto a los particulares como la buen desempeño de las y los trabajadores de cualquier empresa privada, por lo que me pongo a la orden para dictar estas clases. Mi correo: y mis números:
La Facilitadora: Andrea Serna, Lic. en Letras, Bailarina formada en flamenco y danzas orientales desde 1997 al 2005 en la Academia de Danzas “Julia Españoleto” Integrante de las compañías: “Ballet Flamenco de Caracas” del 2002 al 2012 y "Ángel Españoleto" 2000 al 2014
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