Un buen día decidí realizar ejercicios de Matemática por mi cuenta porque sentía que tenía carencias en la materia. Los comentarios de hacer eso sin el objetivo de prepararme para una prueba no eran agradables en su mayoría, poco alentadores, sin embargo, sentía que estaba por descubrir un gran tesoro y así resulto.
Apenas terminé el último año de secundaria decidí aventurarme a dar clases y la...
Un buen día decidí realizar ejercicios de Matemática por mi cuenta porque sentía que tenía carencias en la materia. Los comentarios de hacer eso sin el objetivo de prepararme para una prueba no eran agradables en su mayoría, poco alentadores, sin embargo, sentía que estaba por descubrir un gran tesoro y así resulto.
Apenas terminé el último año de secundaria decidí aventurarme a dar clases y la síntesis de las apreciaciones se resume en la siguiente: "¡Tú si tienes madera para ser profesor!". Eran palabras muy agradables pero, aún así, esto no se equipara a la rica satisfacción de poder adentrarme en esta materia. Este es el tesoro. Es considerada una selva por muchos imposible de transitar. Yo agradezco saber que es un mito y lo descubrí cuando me pregunté: ¿Qué significa lo que escribo?
Los contenidos que imparto son:
-Fracciones.
-Regla de tres y porcentajes.
-Polinomios.
-Productos notables y factorizaciones.
-Operaciones con radicales.
-Sistemas de ecuaciones.
-Inecuaciones.
-Conjuntos.
-Funciones.
-Logaritmos.
-Trigonometría.
-Números complejos.
-Vectores en el plano y en el espacio.
-Matrices y determinantes.
-Geometría.
Trabajo a nivel de secundaría. De todas maneras, otros contenidos y también en niveles superiores, me resultan atractivos.
Ahora, ¿Cómo imparto estos contenidos?
Aplicando el siguiente esquema es como he logrado conectar empáticamente con quien enseño:
1. Empiezo asentando la teoría necesaria, aquello de lo que trata el tema, para tener una base.
2. Efectúo ejercicios para que se visualice el estilo en que se presentan y una forma de resolverlos.
3. Pido a la persona la realización de otros ejercicios con el fin de que ponga en práctica lo explicado.
4. Pregunto si entendió y, si es así, si considera que pueda empezar a hacer ejercicios por su cuenta.
En todo el proceso y aun después de impartir la clase estoy abierto a trabajar con cualquier pregunta aun cuando la misma se hizo antes. Así mismo, gusto de aplicar este marco de trabajo adaptándolo a la forma y el tiempo de aprendizaje de quien enseño.
Cuando educo, nunca olvido: también soy estudiante. No educo a máquinas sino a seres humanos.