Como profesional en educación cuento con una formación pedagógica básica que me ha llevado a concebir la docencia como una de las labores más enriquecedores a nivel social que puedan existir. Sé, y creo firmemente, que los docentes pueden (tanto dentro y fuera de las comunidades educativas) generar procesos que brinden a los diversos educandos diferentes posibilidades de crecer tanto individual como colectivamente, aportando así al progreso de las comunidades.
El profesional en educación, de un área como Humanidades, aprende no solo a reconocer la importancia de los procesos educativos en todos los estadios de la sociedad, también aprende que todos ellos se hacen a través y por el lenguaje. Es por esto que desde dicha área se pueden potenciar todas las habilidades humanas, en especial las que están relacionadas con lo social y cultural.

Como licenciada en Español y Literatura, reconozco que las deficiencias educativas son principalmente comunicativas, y que en la medida en que nos comuniquemos mejor podremos solucionar todos los obstáculos que se presenten a nivel social. Para ello debemos apropiarnos y dominar bien nuestra lengua y nuestra cultura. Finalmente, cabe resaltar que el dominio de estrategias que permitan desarrollar procesos artísticos y literarios es un gran apoyo para todo lo anterior.