¿Quién no ha pensado alguna vez en ponerse a estudiar inglés? Tal vez, ya había estudiado inglés en la escuela, pero no me gustaba y no quiero volver a pasar por lo mismo; tal vez no sirvo para esto, tal vez me da pereza ponerme a estudiar de nuevo.
Las ideas mencionadas se las hacen los adultos que se plantean estudiar con un profesor particular de inglés. A pesar de que todos son estudiantes de inglés, la forma de enseñar no es la misma porque no están en la misma situación ni tienen los mismos objetivos.
¡Empieza a dar clases de inglés!
Para empezar, un adulto puede ser que ya haya estudiado antes, probablemente en el colegio y con una metodología bastante tradicional. Suele pasar que muchos estudian en la primaria y la secundaria, pero después, cuando terminan, no son capaces de tener una conversación básica en inglés. Lo que eso hace es que esa persona no quiera volverlo a intentar porque cree que volverá a ser un fracaso. Pero no tiene por qué ser así, de hecho, no debería ser así. La comunicación es algo básico a tener en mente y a trabajar y los adultos, sobre todo, necesitan ver que sus objetivos se van cumpliendo.
Por otro lado, muchos identifican clases de idiomas con juegos para niños. Y "¿cómo voy a aprender si me paso el día jugando?". Nada más lejos de la realidad. Cuando uno juega, se divierte, y cuando uno se divierte, absorbe conocimiento casi sin darse cuenta y lo hace de una forma mucho más profunda que si se hubiera sentado a estudiar o memorizar. Por lo tanto, jugar en la clase de inglés, sea cual sea la edad del alumno, es algo positivo y productivo.
Para los que creen que aprender un idioma no es lo suyo, porque es difícil, porque les cuesta, tengo que decirles que todo es cuestión de práctica. Cada uno aprende (y tiene que aprender) a su ritmo, eso es algo que no se puede forzar. Por más que a un adulto posiblemente le cueste más la pronunciación (tanto reproducirla como entenderla), eso es algo biológico: de pequeños nuestro cerebro es receptivo a todos los sonidos, cuando vamos creciendo "olvida" los sonidos que no usamos a diario. Pero eso tiene remedio: práctica (escuchar, hablar, repetir), y eso es lo que hay que hacer cuando se tienen adultos como alumnos.
Un buen método para llevar a cabo todos estos puntos son los intercambios con otros alumnos. Hacer que interactúen con otros estudiantes o nativos y vean que lo que están aprendiendo lo pueden aplicar a la vida real. Eso los motiva mucho y hace que avancen mucho más rápido.
Todos los puntos anteriores son muy importantes para tener en cuenta a la hora de enseñar a adultos. Las actividades y las clases tienen que estar pensadas teniendo esto en mente. No es lo mismo trabajar con niños que con adolescentes o adultos, ni mejor ni peor, simplemente diferente. Todos pueden lograr grandes cosas si las clases están adaptadas para ellos.