Hoy en día los niños tienen grandes dificultades a la hora de leer y escribir. Para poder llevar a cabo estas dos tareas las cuales se consideran indisociables, no solamente tenemos que tener en cuenta los procesos cognitivos, sino que hay otros componentes esenciales como por ejemplo bien los afectivos, sociales y culturales.
Para que nuestros alumnos pasen a formar parte de nuestra comunidad, la cual se
considera letrada, hace falta que sepan leer y escribir. Para hacerlo posible nos tenemos que preguntar qué aprenden y como lo hacen. Sabemos que tienen que adquirir conocimientos declarativos y procedimentales pero la manera para aprenderlo puede ser implícita (sin intención ni conciencia) o explícita (con conciencia y de manera voluntaria), a pesar de que muchas veces se dan ambos casos. Un ejemplo muy claro son las prácticas auténticas las cuales tienen un propósito que va más allá de la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura.
Tenemos que conseguir que leer y escribir no se aprenda solamente en el área de lengua,
sino que se trabaje también en las asignaturas no lingüísticas. Además, si somos
capaces de utilizar prácticas y materiales auténticos donde haya diversidad de textos, autenticidad del material, propósitos y surjan interacciones, habrá una mayor habilidad por parte de los niños a la hora de leer y escribir.
Por lo tanto, podemos decir que hay que llevar a cabo un enfoque transversal, de forma que aprendan los procesos de lectura y escritura a todas las áreas de la enseñanza y no
solamente al área lingüística. De este modo, aquello que se aprenda y los materiales empleados para aprenderlo surgirán de una necesidad real y serán más auténticos, puesto que irán más allá del objetivo de aprender a leer y escribir.
Personalmente, creo que es necesario que los niños no solamente sepan descodificar
palabras y frases, sino que sean capaces de entender aquello que leen. Además, hace falta que sepan escribir varias tipologías de texto. Pero tienen que aprender todos estos procesos por necesidad y no por imposición. Así pues, considero esencial que no se aprendan estos procesos únicamente en las áreas lingüísticas, sino que se posen en práctica a cualquier asignatura cuando surja la necesidad de aprenderlo. Por lo tanto, desde mi parecer, tendríamos que enfocar el aprendizaje de la lectura y la escritura de manera transversal y teniendo en cuenta los aspectos motivacionales y los componentes sociales y culturales y no únicamente los procesos cognitivos.