La meta puede ser una magnífica excusa para apasionarnos con el camino...

Konstantino Kavafis (1863.1933) es autor de un hermoso poema "Itaca", que alude al viaje de Ulises, héroe legendario de la mitología griega. La profundidad del mensaje nos invita a reflexionar, reflejarnos en su protagonista y preguntarnos por el destino que le estamos dando a nuestra propia vida.

¿Qué podría ser "Itaca" para ti? ¿Cuál es tu meta? ¿Cuál es tu sueño??? Para algunos será una carrera profesional, o montar un negocio, o tener un empleo, o formar una familia y tener hijos... ¡Puede ser tantas cosas Itaca!!! No importa la forma que tome ese objetivo SI IMPORTA PARA TI, con eso es suficiente.

Ahora bien, esa meta, es importante para ti o lo es para otro, u otros? De quién ese es DESEO?

El ser humano que somos, en principio, tiene una mente diseñada para aferrarse al deseo de otro que ocupa el lugar de "mamá" (o quien haya cumplido esa función) y así ganarse su amor desde el inicio de la vida: eso nos aseguró la supervivencia en un principio. Ahora ya no somos niños indefensos y, si bien nuestra vida ya es nuestra responsabilidad, muchas veces seguimos aferrados al deseo de otros ...para ganarnos su complacencia y PERTENECER. Pertenecer a una familia, a un grupo social, a una comunidad... y relegamos ese deseo propio o lo ignoramos marchitando por dentro y haciéndonos chiquitos para encajar en un molde que no nos interesa y creemos necesitar.

"Lestrigones" "cíclopes" y "Poseidón", obstáculos con los que se tuvo ver el propio Ulises en el viaje de regreso a Itaca.

Cada persona encuentra sus propios obstáculos en el camino, y siempre tienen que ver consigo mismo. Los llevamos dentro, solamente los proyectamos fuera para verlos y decidir qué hacer con ellos. Sin embargo le echamos la culpa al camino o a los otros, y nos convertimos en víctimas a nosotros y en verdugos a los demás ...y quedamos "esperando" que algo "nos salve" de la encrucijada en que nos pusimos ...como si aún fuéramos niñitos, indefensos.

"Ten siempre a Itaca en tu mente..." dice el poema. Dirígete a tu meta. Te extraviarás (lo que es posible), esperemos pocas veces, y vuelve a dirigirte. Itaca es tu norte!!!

En el camino aparecerán muchos pequeños deseos que te pueden tentar a cambiar el rumbo. Si te confundes, o sucumbes a la tentación, los puedes seguir y desviarte por un tiempo, pero más temprano que tarde tu corazón te reclamará volver a él. ¿Podrás ignorar ese pedido? Desde ya, pero habrá que pagar un alto precio por ello... tu pasión.

Durante ese viaje, si eres fiel a tu rumbo, se abrirán frente a tí fantásticos e impensados mundos y se desplegará, necesariamente, tu potencial porque necesitarás de él para abordar los desafíos que se te presentarán. Brillarás en lo que hagas por simple que parezca, y lo disfrutarás. Tu retribución será el entuasiasmo y la satisfacción de estar haciendo lo que amas, independientemente de la opinión de los otros y "el deber ser"

Si has seguido la voz de tu corazón y haz sido fiel a tu deseo "el viaje emprendido" cobrará sentido cuando llegues a tu "Itaca".

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