MI MEJOR VERSIÓN DOCENTE
La gran incógnita que todo educador en formación se hace es ¿realmente podre ser un buen docente? O ¿qué tipo de docente seré? Y en este caso he de ser muy franca en afirmar que mi mayor anhelo es ser una docente que cumpla principalmente con la demanda educativa, con las necesidades del educando, sin dejar de lado mi visión transformadora dentro de una sociedad que evoluciona a gran escala.
Gracias a mis consultas y lecturas, he podido identificar el modo en que deseo impartir mis futuras competencias como educadora. En primer lugar, quiero nombrar a uno de los mayores pedagogos del siglo XX, Paulo Freire, quien sin duda alguna ha sido un referente considerable a la hora de instruirme en el modo más efectivo en que se ha de llevar a cabo un aprendizaje de calidad, siendo humildes, abiertos a la construcción de un conocimiento en conjunto con los estudiantes, la necesidad de crear espacios dinámicos, hacer lecturas de contexto, incentivar el pensamiento crítico por medio del cuestionamiento, promulgar el diálogo y la participación activa, son algunas de las características que deseo llevar a mi praxis docente, también puedo aludir y mencionar el método socrático, cuyo ejercicio se basa en el cuestionamiento colectivo para crear un conocimiento de calidad.
Algunos afirman que el memorizar contenidos es la fórmula más sobresaliente de edificar una estructura de conocimientos duradera, pero como lo manifiesta el psicólogo estadunidense Jerome Bruner, son más efectivos los procesos de andamiaje, ya ayudan a que las etapas de adquisición del conocimiento sean guiadas tanto por el docente como por las interacciones sociales. Por lo tanto, considero que se crean conceptos duraderos impregnados en la mente de los niños y niñas, ya que las vivencias directas con el contexto, hacen un mayor eco en la apropiación del aprendizaje adquirido.
Ahora bien, estoy segura de que la participación activa de la sociedad crea momentos significativos en los estudiantes, no se debe precisar el esquema tradicional que oprime una lectura reflexiva del contexto, por el contrario, ha de asumirse una postura antropológica y proactiva que se base en las influencias del entorno, como lo afirma el psicólogo ruso Lev Vygotsky. Siendo así, considero conveniente, apropiarnos de pensamientos transformadores para que seamos buenos guiadores del conocimiento y así contribuir a la formación equitativa, altruista y humanizada de esta sociedad tan fracturada por los intereses de los más altos.